sábado, 17 de noviembre de 2007

Multiculturalismo














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Ilustración de Tomi Ungerer
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¿Es posible la inclusión del otro? ¿Integración o Asimilación?

El término multiculturalismo se origina en Canadá para aludir a una política inmigratoria que trata de ser respetuosa con las identidades culturales de los emigrantes, y no –como era usual- sustituirlas por la identidad de la nación receptora.

Desde un plano político, la sociedad multicultural se entiende como una sociedad cuanto menos tolerante, respetuosa con las diversidades culturales existentes. Ahora bien, ¿Somos tolerantes con el otro?.

La tolerancia es la disposición a convivir con creencias y actitudes religiosas, ideológicas o sociales que uno desaprueba sin impedirlas ni hostilizar a quienes las practican. Es la virtud pública por excelencia de las democracias multiculturales. La entrada del otro- del extraño, de lo no familiar- nos incomoda y evidencia nuestra fragilidad. Vemos al otro como un agresor eventual y amenazante. Por ello, la relación con él se materializa como un espacio de conflicto que ha de convertirse en un espacio de convivencia. La tolerancia es más que el respeto a la diferencia, es el reconocimiento del otro como ciudadano igual en la diferencia.

En nuestra sociedad, lo semejante se comparte y lo diferente se tolera. No se trata de soportar al otro ni de excluirlo por no compartir nuestros valores o nuestras creencias culturales. La tolerancia nos exige que seamos capaces de debatir con él y de confrontar nuestros puntos de vista. Significa incluir al otro, integrarlo en un mundo plural y culturalmente heterogéneo, en condiciones de igualdad de derechos y obligaciones con la mayoría y sin tener, por ello, que perder su propia identidad cultural. Esto conlleva la obligación de aceptar el marco político de convivencia definido por los principios constitucionales y los derechos humanos.

El Estado democrático debe evitar que el espacio público sea conquistado por alguna cultura o doctrina en particular. De este modo, un Estado laico es un Estado multicultural ya que ambos evitan posicionarse por alguna cultura no pública inmersa en la sociedad civil. Ambos se diferencian en que el Estado laico sanciona la manifestación de la diversidad cultural en la vida pública, mientras que el Estado multicultural la promueve. Existe el riesgo de que el laicismo se convierta en una especie de religión civil que llegue a justificar y practicar la intolerancia cultural; y por tanto, llegue a malograr la convivencia con el otro y el ejercicio de los derechos individuales en la vida pública.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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